Poesía

La balada del valle verde es el canto a un tiempo en el que el sol era el único reloj; las cigüeñas, los únicos cometas; las campanas, las únicas sirenas; las cosechas, la única nómina, y las estaciones, el único calendario. El canto a un tiempo en el que los corrales guardaban las bestias, el agua corría por los regatos, los valles se henchían de hierba y los caminos se salían del mundo.

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gallery/2009 blues de los bajos fondos

He aquí la vida en los bares de carretera; doce delitos sexuales que nos escandalizan; el sexo en carne viva de una sociedad en decadencia; un poemario que se lee como una página de sucesos; un viaje al crimen y al placer, cantado y contado en endecasílabos, alejandrinos y verso libre; un libro de poesía sincero y crudamente real.

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La balada del valle verde es un libro que huele a hierba, sabe a fruta y se deshace en humo como el rastrojo que arde; un libro que nos recuerda que el papel es madera, y la madera, tierra; un libro que habla de los regatos y los árboles, de los arroyos y la lluvia; el libro de un paraíso no perdido sino abandonado.

Blues de los bajos fondos es un poemario entre la jácara y el rap que canta la vida de doce prostitutas y sus doce chulos en los puticlubes que bordean la carretera Nacional 2 entre Madrid y Barcelona; un viaje al corazón de las tinieblas por ese río de asfalto, que es  autovía, por donde circulan seres de toda calaña.

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Durante más de siete años el autor ha tratado de recoger en periódicos, callejones o juzgados la cara oculta de la época; descubrir sus vagabundos, putas y pirados, pero también traficantes, ladrones o sicarios; desvelar la épica de la intemperie y el crimen: quince romances y otros tantos rap sobre el sexo mercenario, la droga y la delincuencia son el resultado.

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Una pierna ortopédica es el precio que pagó Arthur Rimbaud por una libertad sin límite en África. He aquí el que pagaron los treinta tres poetas, filósofos, pintores o cineastas de este poemario, desde Dante a David Bowie, pasando por T. S. Eliot o Bob Dylan, que son cantados tras un juicio rigurosamente irónico en esta secuela posmoderna de la Divina Comedia.